1. La Fundación IES
En la Fundación IES consideramos que, para reducir la pobreza o generar prosperidad para una población, se debe crear riqueza/valor y distribuirla/lo adecuadamente. Entendemos que la mejor forma de crear valor bajo este paradigma es a partir de más y mejores empresas dinámicas y de impacto.
En ese marco, trabajamos para que las empresas, independientemente de su tamaño o estructura propietaria, accedan al conocimiento, financiamiento y mercados más adecuados para su desarrollo. Para el logro y consolidación de estos accesos trabajamos también en el desarrollo del ecosistema emprendedor/empresarial como un mecanismo de ampliar (y no atomizar) el impacto.
Nuestras intervenciones se apoyan en tres principios que consideramos claves al momento de entender las principales necesidades que se deben abordar en el trabajo por el impulso al desarrollo económico/productivo, inclusivo y sostenible:
El respeto por cada hombre o mujer, sus sueños, aspiraciones, capacidades, plan de vida, visión de crecimiento, etc. Estamos convencidos que, para el logro de un verdadero desarrollo, cada persona, debe tener la posibilidad real de ser el gestor/autor de su propio desarrollo.
En un país en el que los recursos naturales no renovables y el Estado han sido vistos siempre como la única fuente de recursos y posible salida del subdesarrollo, la cultura rentista / asistencialista está enraizada en las esferas culturales más profundas y se traduce en dimensiones políticas (caudillismo, capital social coercitivo, corrupción, conflictividad por rentas, etc), económicas (depredación, extractivismo, cortoplacismo, rentismo, ausencia de capital social productivo – desconfianza, etc) y sociales (violencia, inseguridad, machismo, etc) que perpetúan la reproducción de condiciones estructurales de pobreza y estancamiento.
En este marco es imprescindible trabajar porque exista una democratización real de las oportunidades (derechos) y también una relación directa entre el esfuerzo, la retribución y el bienestar de los individuos (obligaciones). De esta manera se generan los incentivos adecuados para el desarrollo de la sociedad en su conjunto de forma más inclusiva y sostenible.
La confianza como un elemento central para la creación de valor. Este elemento se hace central, tanto en el trabajo directo con nuestras contrapartes en el que asumimos una porción del riesgo y proveemos conocimiento, experticia y capital inteligente, bajo un modelo de negocios ajustado a sus necesidades, como en la articulación del trabajo con otras instituciones, compartiendo nuestra experiencia y lecciones aprendidas, complementando esfuerzos bajo principios compartidos y una visión común de desarrollo.
La sostenibilidad que, apoyándose en los dos principios anteriores, exige que las intervenciones aporten valor genuino a la sociedad, sean rentables y, en un mediano plazo, se constituyan en oportunidades permanentes de crecimiento y desarrollo.
En la Fundación IES estamos convencidos que el impacto se mide en décadas y que para lograr cambios significativos en la calidad de vida de la población no basta con una ejecución adecuada de recursos sino se acompaña y mide los resultados y, en última instancia, los impactos.
2. Nuestra Historia
Después de un trabajo muy exitoso en generar acceso al financiamiento para las personas que estaban excluidas del sistema por carecer de garantías reales, la Fundación PRODEM toma conciencia que, pese al impacto positivo de las Microfinanzas, el efecto multiplicador para la economía era relativamente bajo y, que era importante trabajar con empresas de mayor tamaño y estructura para generar mayor valor agregado.
A lo largo de 20 años y a través de muchas transformaciones hemos venido probando distintos modelos de intervención en el apoyo a las empresas. Partimos de la base que las empresas requieren acceso a Conocimiento (Know How), Financiamiento que se adecue a su realidad y Mercados, por ello, allí donde es posible, nuestras intervenciones combinan estos tres elementos.
En este tiempo, hemos experimentado diferentes aproximaciones, obteniendo éxitos, fracasos y muchísimas lecciones aprendidas, sobre todo de los errores. Lo que sigue es un resumen de las intervenciones y las lecciones que obtuvimos de ellas.
a. Primer Modelo: Crear una Locomotora (2000 – 2004)
Convencidos de la importancia del desarrollo de las cadenas productivas, la Fundación PRODEM decidió incursionar en la industria de camélidos, trabajando de forma integral los productos derivados de la llama, dado que en nuestro país existen aproximadamente 3 veces más Llamas que Alpacas. Consideramos además, que las poblaciones donde se crían llamas eran parte de la línea de pobreza en el país y que al apoyarlos a generar ingresos permanentes, podrían mejorar su calidad de vida.
Los supuestos de la intervención eran:
- La fibra de llama puede llegar a ser más fina (menor micronaje) que la de Baby Alpaca si se le saca una cerda gruesa que tiene al medio del vellón. El mercado de la alta costura estaría muy interesado en una fibra nueva con cualidades incomparables, en textura, suavidad y capacidades térmicas.
- La Carne de llama, es magra y libre de colesterol, con el corte adecuado puede introducirse en el mercado local y en el mercado gourmet de exportación.
- El cuero de llama, curtido de la manera adecuada, presenta características novedosas y puede insertarse en accesorios de vestir y en artículos para el hogar.
La idea principal, era que con una empresa que actúe cómo locomotora, se podría “jalar” a los distintos actores y constituir una industria de exportación, encadenando todos los eslabones. Para encarar el desafío se creó una empresa “Llama Activa” encargada del procesamiento de la fibra (Descerdado, Hilatura, Teñido y Tejido), la carne (Faenado, envasado al vacío) y el cuero (Curtido, y marroquinería) a través de distintos procesos productivos propios o contratados, y de la generación de productos terminados y su exportación a países de alto poder adquisitivo. Además, se creó un programa de apoyo a productores para asegurar que se podría contar con la materia prima necesaria para desarrollar el proyecto.
Después de cuatro años de trabajo e inversión tomamos conciencia de que los supuestos sobre los que habíamos basado el modelo no eran los adecuados y que habíamos subestimado las dificultades técnicas en las distintas etapas de producción y comercialización.
No existía suficiente cantidad de camélidos para el desarrollo de la industria cárnica y de cueros, dado que estos animales requieren pastear libremente para reproducirse y es muy difícil generar un modelo de granjas. Los productores combinan sus labores agrícolas con el pastoreo y mantienen un nivel de agricultura y ganadería de subsistencia, siendo muy difícil pasar a un modelo a mayor escala.
Por otra parte, las dificultades de lograr un descerdado adecuado (se habían adaptado maquinaria para fibra de camello, dado que no existían máquinas especiales para fibra de llama) y la suficiente provisión de fibra de los distintos colores y de las características homogéneas requeridas, dificultaban el proceso de hilatura, base de todos los procesos posteriores.
Por último, los mercados de exportación requerían un abastecimiento seguro en cantidad y calidad, para considerar el esfuerzo de abrir mercados para productos nuevos.
Las principales lecciones son:
Ninguna empresa (o entidad) puede abarcar todos los eslabones de una cadena o cargar el peso del desarrollo de una industria por sí sola.
Las inversiones deben guiarse por la oportunidad de mercado y la viabilidad de los proyectos, no partir de la necesidad de las poblaciones.
b. Segundo Modelo: El “Local Champion”
Mientras se desarrollaba el primer modelo y, dadas las dificultades que se encontraban, se gestó una segunda aproximación a las empresas. La idea era encontrar PYMES que ya estuvieran constituidas, que hubieran tenido éxito introduciendo sus productos a los mercados, y que necesiten aportes de capital para seguir creciendo, es decir, crecer patrimonialmente para apalancar mayores recursos de financiamiento. Se buscaba, además, que las empresas estuvieran gestionadas por un hombre o mujer de agallas, comprometido con el resultado de su empresa y que esté dispuesto a poner todo de sí para sacar adelante el emprendimiento. A ese individuo (Hombre o Mujer) le llamaríamos el “Local Champion”.
Con fondos propios, se realizó la primera inversión de bajo esta modalidad con la capitalización de la empresa Irupana (Alimentos Orgánicos y Cereales Andinos, en especial Quinoa) en noviembre de 2001 y en Junio de 2003 se invirtió en Naturalcos (productos nutraceúticos en base a insumos orgánicos, en particular Maca).
El marco teórico de estas y las siguientes intervenciones era el de Venture Capital, bajo la idea que el capital inyectado a las empresas les permitiría crecer, subir en su valoración y después de 5 a 7 años, se podría vender la participación de la Fundación en las Pymes, a los propios socios gestores o a terceros interesados.
Como una forma de apalancar recursos y llegar a más empresas, en 2002 se suscribe un convenio con el BID, para generar un programa de inversión en PYMES. La inversión en acciones la realizaría la Fundación PRODEM con fondos propios y se recibiría un préstamo de 1 MM de dólares para inversiones en pagarés o bonos de las empresas, destinados a capital de trabajo.
A las empresas mencionadas anteriormente, se les sumó Agricabv (Café), Asomex (Porotos), Naturaleza (Infusiones), Multiagro (Madera de Pino), La Purita (Lacteos), Alimenta (conservas y Palmitos), Fibras Andinas (Camelidos), La Concepción (Vinos y Singanis) y Audax (Truchas).
c. Corrigiendo el Modelo: Ser Partners no Parents (socios no padres)
En 2008, después de una consultoría financiada por el IFC orientada a hacer seguimiento a las PYMES en las que habíamos invertido y de un diagnóstico interno sobre el Fondo de Empresariado Social, a partir de 2009 se decidió dar un cambio de timón y ajustar el modelo.
Muchas de las empresas habían confundido el rol de la Fundación, habiéndose convertido ésta en el “banco de última instancia” para cubrir las obligaciones financieras de las empresas, incumpliendo además los compromisos que habían establecido.
La etapa de reordenamiento del portafolio fue intensa y requirió diseñar soluciones especiales para cada una de las empresas, estableciendo límites al financiamiento otorgado por la Fundación y un seguimiento más directo en las operaciones. También se llegaron a acuerdos de salida inmediatos o a corto plazo con aquellas en las que no veíamos la posibilidad de encauzar la gestión.
d. Cuarto Modelo: Programas de financiamiento: Bridge y Pilot
Con la experiencia acumulada, en 2010 decidimos probar dos programas de Financiamiento para atender a pequeñas empresas. La idea del programa Bridge, era generar un puente que lleve a las empresas de la situación en la que se encontraban a ser sujetos de financiamiento convencionales. Se financiaba principalmente capital de trabajo y se brindaba Asistencia Técnica, con la idea de eliminar cuellos de botella que limiten su crecimiento. Por otro lado, el programa Pilot, buscaba tener dos inversiones en renta variable, que actúen como cuasi equity, estableciendo el repago como porcentaje de las utilidades.
Así, entre 2011 y 2015, la Fundación IES junto con World Grassroots Business Partners Inc. (WGBP) diseñaron e implementaron un Fondo de Inversión para pequeñas empresas con necesidades de financiamiento de entre USD50.000 y USD350.000. El Proyecto financió a cuatro empresas y concluyó sus operaciones de manera exitosa. No se realizaron inversiones en renta variable.
Este modelo nos mostro que existe una necesidad de financiamiento en este segmento, pero que es imprescindible el desarrollo de metodologías de selección y acompañamiento a las empresas que sean costo eficiente.
e. Quinto Modelo: Escalando las actividades FONDO PYME Progreso
En septiembre del año 2012, inician las operaciones de PYME Progreso Fondo de Inversión Cerrado (FIC PYME Progreso), diseñado a partir del trabajo y visión conjuntas de la Fundación IES y PANAMERICAN Sociedad Administradora de Fondos de Inversión (PANAMERICAN SAFI).
Desde su conformación como Fundación independiente, en IES buscamos ampliar el alcance de las intervenciones. Así, a partir de la inversión de 1.580.000 dólares logramos estructurar un fondo de 27 millones, de los cuales el 60% estaba destinado a financiamiento de PYMES y 40% a una estructura de cobertura.
A lo largo de la vida del Fondo, la Fundación IES, además de ser inversionista subordinado del Fondo, brinda servicios de asesoría técnica para la identificación y evaluación de empresas potenciales, la estructuración de las operaciones, el seguimiento del portafolio y la salida ordenada de las inversiones realizadas. Por su parte, PANAMERICAN SAFI, en su rol de administrador del Fondo, gestiona las relaciones con inversionistas, administra los activos del Fondo y responde directamente a los requisitos de la autoridad de regulación.
El objetivo de PYME Progreso es financiar y apoyar el desarrollo y crecimiento de las PYMES mediante el fortalecimiento del patrimonio; el establecimiento y formalización de políticas de buen gobierno corporativo y transparencia; la asesoría técnica; así como el apoyo para la obtención, en el mediano plazo, de financiamiento a través del mercado de valores boliviano; procurando de manera permanente el impacto social y la generación de rentabilidad para los inversionistas.
Hasta la fecha, en algo más de ocho años de operaciones, el Fondo ha invertido en 12 empresas un monto mayor a Bs. 282 millones (alrededor de 35 millones de bolivianos invertidos por año). El Fondo fue el primero en la industria en estructurar e invertir en Acciones Preferentes, destinadas al fortalecimiento patrimonial de la empresa. Finalmente, la asesoría técnica ha facilitado la transición de 6 empresas para que logren financiarse a través del Mercado de Valores, cumpliendo ampliamente uno de los objetivos principales para los que el fondo fue constituido.
En Conclusión
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Hace más de veinte años y como parte de la Fundación PRODEM, hemos iniciado la aventura de invertir en empresas como una estrategia para crear valor y distribuirlo adecuadamente, generando prosperidad compartida. En este trayecto hemos acompañado el desarrollo de las PYMES, desde su proceso de formación, hasta su consolidación como empresas que se financian en el mercado de valores.
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Desde la propuesta por desarrollar una cadena productiva a través de una empresa integrada vertical y horizontalmente, pasando por la identificación de los “local champions”, para después devolverle el trabajo y la responsabilidad a los propios líderes empresariales, apostando por empresas de menor tamaño y complementando el acceso al financiamiento adecuado con un modelo de asesoría técnica, la Fundación IES ha aprendido a entender la vida desde la perspectiva de los empresarios, quienes son capaces de arriesgar todo por hacer realidad sus sueños y a acompañar y orientar sus decisiones, pues conocemos también el rol y punto de vista de los inversionistas y los financiadores.
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Además de recursos financieros, en todos los casos hemos compartido abiertamente conceptos, técnicas y algunas destrezas; hemos conversado abierta y horizontalmente con nuestras contrapartes; hemos reflexionado sobre sus propias proyecciones, sueños, perspectivas y visión de desarrollo y, en muchos casos, nos hemos retirado con la esperanza de que este acompañamiento de meses, años o inclusive décadas haya podido dejar una gestión empresarial más sólida que permita el crecimiento y consolidación de las empresas y su impacto.
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Al igual que las PYMES, en la Fundación IES aportamos todos los días nuestro propio capital, nuestra experiencia (tanto de aciertos como de errores) y nuestros sueños con el objetivo de generar mayores oportunidades para todos y así, hacer un mejor país.
